Partido muy duro el de Caspe, donde el SGA ganó 1-2 al fútbol y 0-3 en lesionados.
Esta vez el calentamiento fue intenso, mejor que el del rival y se notó en una salida metidos en el partido y con muy buenas combinaciones, fundamentalmente desde la banda derecha con la media punta.
Buenas llegadas y desde la izquierda llegó la mejor ocasión: carrera intensa, recorte, derribo clamoroso y penalty. El primero de la liga, que se marchó fuera.
No pasa nada, a seguir jugando igual, que es lo que hicieron los chavales, y así llegaron buenas ocasiones. Dos de ellas anuladas por fuera de juego; uno que fue y otro que claramente no fue cuando la puerta estaba ya vacía; y el más que merecido gol.
Mientras, el Caspe no llegó en jugada trenzada y se dedicó, con la connivencia del árbitro, a dar plantillazos tardíos en los despejes de la defensa. Una vez, sin amarilla; segunda vez, también sin amarilla; y a la tercera nos lesiona a un central, otra vez sin amarilla. Para lo que pareció en el campo, afortunadamente no fue tanto, pero los tacos se quedaron marcados en el empeine del chico.
Cortísimo 0-1 al descanso y a ver qué deparaba la segunda mitad. En la segunda mitad bajó el nivel de juego pero no el de lucha ni el de dureza del Caspe, que en otra acción feísima lesionó a un segundo jugador, éste con mayor trascendencia. Mientras, la primera patada del SGA sí se sancionó con amarilla. Era merecida, pero al rival le permitió tres igual o más feas sin dicha sanción.
Llegó el empate local en su mejor jugada, por la derecha del ataque, con un primer centro muy cerrado que se despeja como se puede, llega en la otra banda un jugador libre, centra atrás y el remate es cortado con mano.
Con dos bajas, un cambio menos por el merecido debut de un chico con el preferente, un equipo leñero y con más corpulencia enfrente, y sin cambios para un centro del centro del campo cansado, quienes no conocieran el pundonor de este equipo igual apostaban por el uno en la quiniela.
Pero, a pesar de una tercera lesión también por golpe del rival, que nos dejaba un banquillo sólo con un portero, en una excelente combinación derecha-delantero centro, el portero despeja como puede y desde la izquierda, en segunda jugada, marca el volante. Fue casi la única llegada clara de la segunda mitad, pero supuso el gol de la victoria.
De ahí al final, presión de los once alevines del Caspe, catarata de faltas muchas de ellas inexistentes pitadas a su favor por el colegiado local, y tras una falta al borde del área precedida de dos infracciones no pitadas a los locales, llegó el final. Un 1-2 que con el pinchazo de la Unión deja al equipo colíder
Por cierto, para Alcañiz y Andorra, que alguien se encargue de llevar pinzas, aunque sean de depilar.
Crónica de Arturo González
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Ficha del partido
