"La capacidad de las personas para ofrecer actitudes completamente diferenciadas es un tema clásico, del que disfrutamos de un buen ejemplo el sábado.
En la Azucarera el 1ª alevín ofreció dos partidos en uno. Una primera parte plena de llegadas, salidas de balón desde atrás, superioridad en los duelos directos, oportunidades variadas, con un gol anulado por un fuera de juego que no pareció, un juego que se desarrollaba casi en su totalidad en la zona defensiva del Hernán, que no llegó a rematar a puerta … Una primera parte con calidad y donde sólo hubo un equipo, los rojos del San Gregorio Arrabal. 2-0 al descanso, un solecillo que se agradecía y la sensación de que podía llegar la goleada.
Esa sensación se desvaneció nada más iniciarse la segunda mitad; no parecía que aquellos equipos fueran los mismos de la primera parte. El Hernán se hizo con el balón, planteó un juego más directo, entró a disputar con éxito los innumerables balones divididos. El San Gregorio no consiguió tener el balón y ni siquiera bajarlo al suelo en muchas ocasiones; de que llegaran balones en condiciones a las bandas o al delantero ni hablamos. Choques, faltas, despejes largos y muy poco futbol con un Hernán que se acercó en el marcador y que buscaba el empate.
Pero el futbol no es sólo calidad, toque, aperturas a las bandas, paredes o pases en profundidad. La intensidad, las ganas de ganar, la lucha, el no bajar los brazos en la dificultad son esenciales en este deporte, y de eso hubo a raudales y fue claave en mantener la ventaja.
Cuando se jugó bien se fue muy superior y se cobró ventaja en el marcador, y la suma de esa calidad a la entrega cando las cosas no salieron, permitieron que una muy ajustada victoria se quedara en casa."
Crónica de Arturo González
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